Piel más tensa en rostro y cuerpo sin cirugía

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Gracias a las últimas técnicas médicas es cada vez mayor el número de tratamientos posibles para solucionar numerosas afecciones o problemas de salud sin tener que recurrir a la cirugía.

En el campo de la medicina estética esta ventaja se hace aún más notable al permitir a muchas personas mejorar el aspecto de su cara o cuerpo sin la necesidad de pasar por quirófano, con soluciones que permiten rejuvenecer su rostro o combatir los estragos de la edad y la gravedad en diferentes partes del cuerpo.

Uno de los ejemplos más destacables es el de los hilos tensores reabsorbibles que forman parte de un tratamiento innovador y con probada eficacia. Se trata de permitir la elevación y tensión de determinadas zonas que debido al paso del tiempo o a variaciones en el peso han perdido su firmeza. Un tipo de lifting que contrariamente a su variedad con cirugía permite la incorporación inmediata a la vida normal del paciente sin apenas molestias, y que permitirá devolver al rostro su forma y firmeza, realzando además glúteos, brazos, abdomen o incluso los senos. Los hilos tensores son uno de los tipos de tratamientos faciales conforman un tratamiento poco invasivo que consiguen un rejuvenecimiento de la zona tratada pero sin cambios radicales, por lo que el paciente mantendrá sus rasgos viéndose más joven de forma prácticamente inmediata, si bien los efectos son más visibles pasadas unas semanas.

Las principales indicaciones para la realización de un tratamiento mediante hilos tensores reabsorbibles son sobre todo las de retensar diferentes zonas del rostro y cuerpo, especialmente en aquellos pacientes, hombres o mujeres, que busquen un tratamiento preventivo para la flacidez. No obstante, y pese a no estar indicados en aquellas personas que presenten ya unos signos de envejecimiento más marcados, también puede utilizarse ofreciendo buenos resultados.

El procedimiento para la utilización de los hilos tensores es sencillo aunque debe ser realizado por un profesional experto en este campo de la medicina estética. Tras la aplicación de una crema anestésica se introducen los hilos a través de una aguja-guía en las zonas que requieran tratamiento. Estos hilos están configurados de forma que traccionan los tejidos provocando además la estimulación estructural de los mismos para lograr los efectos deseados. Una vez finalizada esta pequeña intervención los cambios son visibles de forma inmediata aunque será pasados un par de meses cuando los tejidos se adapten a su nueva situación y podamos disfrutar de un resultado definitivo.

 

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