Cuántas veces hemos deseado encontrar una solución como Aqualix para tener ese cuerpo 10 con el que soñamos? En ocasiones, invertir esfuerzos como la dieta y el ejercicio no nos ofrecen los resultados esperados ya que a veces es complicado moldear y definir determinadas partes de nuestro cuerpo. Zonas como las temidas “cartucheras”, las rodillas o el abdomen son las más susceptibles de aglutinar acúmulos de grasa difíciles de eliminar. Unos depósitos grasos que generalmente son producto de la genética y que no hay forma de combatir. Y lejos de ser un problema femenino como se suele pensar, también los hombres presentan acúmulos grasos, aunque sí es cierto que en función del sexo varían las zonas donde se acumula.
Para luchar contra estas antiestéticas zonas de grasa localizada, la medicina estética investiga continuamente con el fin de hallar soluciones menos agresivas que las operaciones quirúrgicas. Las temidas liposucciones se han planteado durante años como la solución definitiva para definir los contornos de nuestro cuerpo, pero ofrece ciertos riesgos implícitos a las intervenciones. Como alternativa en los últimos tiempos está cobrando fuerza una solución denominada Aqualix o intralipoterapia, que consiste en la infiltración localizada en el adipocito de este producto totalmente biocompatible compuesto por desoxicolato de sodio. Esta solución al introducirse en el depósito graso lo disuelve haciendo que las células grasas sean eliminadas por el sistema linfático.
Con resultados visibles desde la primera sesión, Aqualix gana puntos frente a otras opciones de tratamientos en medicina estética por la facilidad de aplicación del tratamiento, para el que sólo es necesario un pinchazo por zona que queramos tratar. Entre las zonas más comunes en las que suele aplicarse Aqualix se encuentran las caderas, la cara interior de los muslos, rodillas, abdomen, parte inferior de los glúteos o brazos, aunque cualquier zona con depósitos grasos es susceptible del tratamiento. Generalmente son necesarias unas 3 o 4 sesiones aplicadas con una diferencia de aproximadamente un mes entre cada una, para lograr deshacer de forma definitiva esa grasa localizada que tanto nos cuesta eliminar. Después de realizado el tratamiento se recomienda utilizar durante unos días algún tipo de medida compresiva sobre las zonas tratadas (medias de compresión, fajas, etc) para mejorar los resultados y obtener una remodelación definitiva para conseguir ese cuerpo con el que soñamos.