¿Qué es el tratamiento con Láser Azúl?

El láser azul es un tipo de tratamiento estético destinado a la eliminación de lesiones dermatológicas benignas superficiales. Su funcionamiento es muy preciso e ideal para tratar las diferentes imperfecciones que aparecen tanto en la cara como en el cuerpo.
Una de las novedades que presenta esta tecnología es que, mediante un procedimiento no invasivo, permite eliminar problemas para los que antes era necesario el bisturí u otro instrumental intrusivo. En cambio, la luz del láser azul tiene una longitud de onda muy concreta de 445 nm que hace que solo sea absorbida por las lesiones que tienen melanina y hemoglobina, por lo que no daña los tejidos sanos y la piel que las rodea. Así, es capaz de destruirlas por completo de manera eficaz, segura y sin dolor.

¿Para qué está indicado el tratamiento con Láser Azúl?

El láser azul ofrece una solución para todas aquellas personas que quieren deshacerse de lesiones benignas de la piel para que luzca unificada. Así, esta tecnología es capaz de eliminar una gran variedad de imperfecciones:

  • Lesiones vasculares que se producen en la superficie de la dermis, como puntos rubí, arañas vasculares, telangiectasias o cuperosis.
  • Lesiones pigmentadas, como los lunares abultados, nevus, lentigos y otros tipos de manchas benignas.
  • Lesiones abultadas que pueden no tener pigmentación, como verrugas, fibromas, acrocordones o quistes de milium.
  • Acné activo.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el láser azul no se destina a quitar afecciones como las varices, los melasmas, o las imperfecciones que ocupan áreas muy grandes de la piel. Además de las zonas indicadas, también se puede emplear en toda la zona facial con el objetivo de hacer una limpieza en todo el cutis con el objetivo de desinfectar la dermis destruyendo las bacterias presentes en ella.

Resultados y Beneficios del Láser Azúl

El láser azul es un procedimiento totalmente personalizable ya que es posible ajustar la potencia y la duración del disparo al tipo de afección a tratar. Esta técnica produce una destrucción controlada de la lesión, vaporizando el tejido objetivo y eliminándolo de manera instantánea y permanente. En consecuencia, es un tratamiento rápido, ya que, de media, las sesiones suelen durar entre 10 y 30 minutos, dependiendo de las problemáticas que se quieran solventar. Además, no es necesario el uso de anestesia; el láser no es molesto para el paciente ni produce dolor.

Por otro lado, cabe destacar su eficacia para vencer el acné activo gracias a sus efectos bactericidas. Esta clase de erupciones se producen por la secreción excesiva de sebo que acaba acumulándose en el folículo piloso. Es ahí donde se produce la obstrucción, la inflamación y donde entran las bacterias en acción, creando irritación o incluso infecciones.

El láser azul actúa, en los granitos más profundos, mediante la aplicación de un primer disparo de luz que abre los canales foliculares para liberar el sebo, y con un segundo que desinfecta y cierra la herida. Con los granitos que comienzan a asomar fuera de la piel solo es necesario un solo disparo que limpia y elimina la lesión.

Duración del tratamiento con Láser Azúl

Una de las características principales del láser azul es que basta con una sola sesión para obtener los resultados deseados y eliminar las lesiones de la dermis. Esto se debe a que se trata de una tecnología sumamente precisa que actúa directamente sobre la imperfección. Solo en el caso de lesiones más densas, como las manchas tipo lentigos o las arañas vasculares, puede precisarse de una segunda. Con el acné dependerá de la causa que lo origina. Si es hormonal el problema podría volver a manifestarse y serían necesarias más sesiones cuando surja un nuevo brote.

En todos los casos, con el transcurso de una semana se podrá apreciar una piel más uniforme y, por supuesto, una tez más unificada y libre de imperfecciones. Por otro lado, y antes de iniciar el procedimiento, es imprescindible la valoración de la lesión por parte de un profesional. En base al diagnóstico recibido, se procede a realizar el tratamiento según la tipología y el caso particular.

Antes y Después de someterse al tratamiento con Láser Azúl

Antes de acudir a una sesión con láser azul es importante evitar la exposición solar durante 2 o 3 días, ya que se podría irritar la piel. Por lo demás, al ser un procedimiento no invasivo, no es necesario tener en cuenta ninguna indicación más. Los cuidados tras una sesión con láser azul son muy sencillos. Para empezar, es importante tener en cuenta que la piel tarda una semana en recuperarse por completo, por lo que durante ese tiempo es imprescindible no exponerse al sol y usar protectores.

Inmediatamente después de una sesión, es probable que aparezca una pequeña costra en el lugar en el que se encontraba la lesión que hay que dejar curar de forma adecuada. Esto quiere decir que hay que evitar arrancarla, porque a las pocas semanas caerá por sí sola dejando ver la piel intacta y sin imperfecciones. Aunque ya se ha comentado la importancia de usar protector solar, no está de más recordar que es crucial su aplicación diaria en todas las estaciones del año. Esto no solo cuidará la piel tras el tratamiento con láser azul, sino que además prevendrá el fotoenvejecimiento y la aparición de nuevas mancha.

Contraindicaciones del Láser Azúl

Como se ha mencionado con anterioridad, es importante tener en cuenta que el láser azul está indicado para lesiones estéticas y de carácter benigno. Por lo tanto, no se pueden eliminar melasmas o varices. Por lo demás, es un procedimiento completamente seguro y no invasivo que no suele implicar efectos secundarios.

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